ERRORES FRECUENTES DE ABOGADOS AL INTERACTUAR CON LA IA GENERATIVA
La inteligencia artificial (IA) generativa, ya sea general o específica del ámbito jurídico, ofrece a los abogados herramientas poderosas para optimizar sus tareas cotidianas, desde la investigación inicial hasta la elaboración de documentos. Sin embargo, aprovechar al máximo esta tecnología requiere entender cómo funciona y cuáles son sus límites. A continuación analizamos cuatro errores frecuentes en el uso de IA generativa por parte de los abogados y cómo evitarlos.
1. Tratar el prompt como una conversación humana
Un error muy habitual es interactuar con los modelos como si fueran personas, asumiendo que estos entienden matices, intenciones implícitas o contextos amplios de forma natural. Sin embargo, la IA generativa no "comprende" ni interpreta intenciones ocultas, simplemente responde a instrucciones textuales de manera probabilística.
Consejo práctico:
Formula instrucciones explícitas, claras y bien delimitadas, proporcionando siempre contexto suficiente y evitando presuposiciones implícitas.
2. Desconocer los límites del modelo y su funcionamiento interno
Muchos abogados ignoran los límites fundamentales de la IA generativa. Una parte del problema es que ni siquiera conocen las bases de su funcionamiento: no distinguen entre aprendizaje automático (machine learning) y aprendizaje profundo (deep learning), ni comprenden que estos modelos generan texto a partir de patrones estadísticos, sin acceso a hechos ni verificación externa.
Por eso es habitual que la IA produzca "alucinaciones", es decir, contenido que suena convincente pero que es completamente inventado. Esto no se debe a fallos aislados, sino que es una consecuencia natural del funcionamiento probabilístico del modelo. Por ejemplo, puede citar sentencias que nunca existieron, inventar artículos de leyes o atribuir doctrinas a autores que jamás las formularon. Sin una comprensión básica de estos mecanismos, los usuarios jurídicos no están en posición de anticipar o corregir estos errores.
Consejo práctico:
Invierte tiempo en comprender cómo funciona la IA generativa, sus limitaciones técnicas (fecha de corte de conocimiento, tamaño del contexto gestionado, etc.) y por qué ocurre el fenómeno de la "alucinación". Verifica siempre con fuentes confiables cualquier dato relevante proporcionado por la IA.
3. Rendirse fácilmente ante el primer resultado insatisfactorio
Un tercer error frecuente es abandonar la herramienta tras una primera interacción insatisfactoria. La potencia real de la IA generativa radica en su capacidad de mejora mediante ajustes sucesivos de los prompts, solicitudes adicionales de aclaración o la incorporación progresiva de detalles más precisos.
Consejo práctico:
Prueba diferentes enfoques y reformulaciones, solicita aclaraciones y experimenta iterativamente hasta alcanzar resultados útiles. La IA generativa es particularmente efectiva cuando se utiliza con creatividad y persistencia.
4. Delegar completamente tu pensamiento crítico a la IA
Por último, existe un peligro considerable en dejar que la IA generativa reemplace tu criterio profesional por completo. Algunos abogados utilizan estas herramientas para evitar leer, investigar, redactar o revisar personalmente el contenido generado, lo que inevitablemente debilita su capacidad para detectar errores o imprecisiones. Cuando se pierde el hábito de contrastar, cuestionar o reflexionar sobre la información producida por la IA, se debilita también la capacidad jurídica de argumentar con rigor y de ejercer el juicio profesional.
Además, este uso pasivo de la IA puede crear una falsa sensación de seguridad: si la respuesta tiene una forma persuasiva, se tiende a asumir que también es sustancialmente correcta. Pero forma no es fondo. La apariencia técnica no sustituye al análisis jurídico. En contextos donde las consecuencias pueden ser graves —como en una demanda, una consulta jurídica compleja o un contrato—, esa dejadez puede derivar en errores costosos.
Consejo práctico:
La IA debe complementar, no sustituir, tu pensamiento crítico. Usa la IA para aumentar tu productividad y eficiencia, pero mantente siempre activo en la lectura, verificación, edición y revisión final del material generado. Cuanto más autónomo y riguroso seas en el uso de estas herramientas, más valor estratégico podrás extraer de ellas.