En los últimos años, diversas compañías líderes a nivel global han desarrollado modelos avanzados de inteligencia artificial (IA). Entre ellas destacan especialmente Anthropic, Google y OpenAI, reconocidas por su innovación y liderazgo en el desarrollo de modelos de lenguaje generativo de última generación. Estos modelos constituyen la base tecnológica de múltiples aplicaciones especializadas en distintos sectores, incluido el jurídico.
En particular, el sector legal dispone de herramientas específicas construidas sobre estos modelos generales, a las que se incorporan datos jurídicos concretos, como legislación, jurisprudencia, doctrina y normativa regulatoria. Esto permite generar aplicaciones especialmente diseñadas para satisfacer las necesidades técnicas y operativas de abogados y profesionales del derecho. En principio, estas soluciones jurídicas especializadas serían las más idóneas para llevar a cabo tareas que exigen un elevado grado de precisión técnica y exactitud jurídica.
No obstante, conviene señalar que estas herramientas sectoriales no desarrollan sus propios modelos de IA desde cero, sino que, por lo general, se basan en acuerdos de licencia o colaboración con compañías como Anthropic, Google u OpenAI para integrar sus modelos base. En consecuencia, la capacidad de innovación y mejora de las soluciones jurídicas especializadas depende directamente de los avances tecnológicos implementados por estas empresas líderes. Así, cualquier progreso significativo en los modelos generales repercute de forma positiva en las herramientas jurídicas que se sustentan sobre ellos (aunque dicha mejora no se produce de forma automática, ya que requiere que las empresas del sector legal incorporen activamente estas innovaciones a sus soluciones tecnológicas).
Un fenómeno relevante que se observa actualmente en la práctica jurídica es la decisión de algunos profesionales de no adquirir herramientas sectoriales específicas, optando en su lugar por suscribirse directamente a servicios de IA generativa de uso general, como ChatGPT de OpenAI. Esta elección puede obedecer a diversos motivos, entre los que cabe destacar la versatilidad de uso, la facilidad de acceso o, incluso, consideraciones económicas. En efecto, las herramientas generales pueden resultar suficientes para abordar tareas rutinarias como la redacción de borradores preliminares, la elaboración de resúmenes jurisprudenciales, la redacción de correos electrónicos o la consulta ágil de conceptos jurídicos.
Asimismo, existen despachos profesionales que disponen de repositorios internos como sentencias relevantes, guías operativas y normativa sectorial. En estos casos, puede no resultar económicamente justificado adquirir licencias de soluciones jurídicas basadas en IA, dado que el despacho ya cuenta con los recursos documentales necesarios para abordar con solvencia las tareas jurídicas especializadas. (Naturalmente, esta situación no tiene por qué ser generalizable).
A continuación, se presenta una guía práctica para seleccionar el modelo de ChatGPT más adecuado a cada tipo de tarea jurídica:
GPT-4o: Recomendado para tareas cotidianas como la generación de ideas, redacción de correos electrónicos, elaboración de artículos, revisión de textos, creación de contenido divulgativo o de marketing, así como para la explicación de conceptos jurídicos en fase de aprendizaje.
GPT-4.5: También resulta útil para tareas de redacción, aunque presenta ciertas limitaciones en cuanto al número de prompts disponibles. En cambio, GPT-4o no presenta este tipo de restricciones.
Modelos de razonamiento avanzado (por ejemplo, GPT-03 o GPT-4-mini): Son especialmente valiosos para tareas jurídicas que requieren un análisis técnico detallado y una argumentación precisa. En determinados casos, estos modelos pueden ofrecer resultados incluso superiores a algunas herramientas jurídicas especializadas, siempre que se les proporcione información jurídica estructurada. Por ejemplo, en el análisis de cláusulas abusivas en contratos bancarios, estos modelos pueden generar interpretaciones más precisas y fundamentadas que ciertas soluciones del mercado.
Funcionalidad de navegación y búsqueda web de ChatGPT: Puede utilizarse para realizar investigaciones jurídicas en profundidad, elaborar informes detallados y obtener referencias y citas actualizadas, lo cual resulta especialmente útil para la preparación de dictámenes o análisis jurídicos complejos.
Por último, cabe destacar la posibilidad de combinar el uso de herramientas jurídicas especializadas con modelos generales como ChatGPT. Lo esencial es tener presente que los modelos generales no están específicamente diseñados para el ámbito jurídico, mientras que las herramientas sectoriales no siempre incorporan las últimas innovaciones tecnológicas en inteligencia artificial. La selección óptima dependerá, en última instancia, del tipo de tarea, del contexto profesional y de los recursos disponibles.